20 octubre, 2006

Caravasar, 21 de octubre 2006

El cuento que presento a continuación es uno de los que más quiero.
Integra el libro Caída del cielo, que es el cuarto de la serie protagonizada por el tío Ramón Enrique, un zapatero remendón de Cabudare, una población del estado Lara tan próxima a la capital, Barquisimeto, que ya forma parte de ésta.
Los tres primeros libros de la serie son:
Evitarle malos pasos a la gente, que me ha proporcionado dos premios internacionales (Casa de las Américas: La Habana, Cuba, en 1979, y Diploma de Honor IBBY: Basilea, Suiza, en 1995); Espantarle las tristezas a la gente y Pequeña sirenita nocturna (con la que obtuve en 1996 el premio de la Bienal Nacional “¡Canta, Pirulero!”, del Ateneo de Valencia).
Los cuatro libros forman parte del catálogo de la Editora Isabel De los Ríos, de Caracas. Si desea conseguir estos libros, puede escribir a la profesora Isabel De los Ríos, a la siguiente dirección electrónica: luizabel@gmail.com

LA PUERTA DE PAPÁ



Papá siempre quiso tener una puerta para él solo y una tarde salió del trabajo y compró una, con su base, su marco y su picaporte.
La trajo en su carro como a un pasajero incómodo y, ante nuestra sorpresa, la plantó en medio del patio.
-No quiero que nadie la toque -dijo, mientras la instalaba.
Y nadie la tocó. Ni siquiera él, que a partir de entonces no encontró tiempo para disfrutarla.
En el mes y medio siguiente, la lluvia y las gallinas que la usaban como dormitorio cuando hacía calor hicieron que la puerta se encorvara y ya no pudiera calzar en el marco.
Un domingo, papá se levantó temprano a preparar uno de esos desayunos con los que le gustaba sorprender a mamá en la cama y salió al patio a buscar huevos y naranjas. Entonces vio la puerta y nos preguntó por qué no la habíamos utilizado. Cuando le recordamos que él lo había prohibido, se puso como el lápiz de labios de la tía Marcia.
Poco antes del mediodía, la reparó, le puso un techo rojo a ambos lados, la pintó y nos la dio a Gustavo, a mí y a nuestros primos.
Desde el primer momento, nosotros la usamos para viajar al pasado y al futuro, para ir del más acá al más allá, para entrar por un lugar del mundo y salir por otro y para asomarnos a las cosas que no conocemos.
Después le fuimos agregando juegos, hasta que también nos sirvió para ir al fondo de los mares y al centro de la Tierra, para pasar de un planeta al otro en el sistema solar, para entrar a cualquier órgano del cuerpo humano y para viajar entre los sueños.

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1 Comments:

At 4:55 p. m., Blogger nancymartinez said...

¡ Es una puerta mágica!

 

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